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¿Tú Qué Eliges?


En mi profesión tengo la oportunidad de interactuar con muchas personas que si bien acuden en busca de ayuda médica, también abren su corazón y me comparten sus necesidades no solo físicas sino emocionales y espirituales. Es sorprendente cómo en la actualidad muchas mujeres podemos vivir como esclavas o atrapadas en una situación complicada y cómo esa situación puede dañar nuestra salud física y emocional.


Quizá te imaginaste que ibas a llegar mucho más lejos que donde estás en estos momentos, tal vez pensaste que tu familia, profesión o tus relaciones iban a ser mucho mejores, quizá también nada parece estar en control y surgen miles de dudas y miedos que te impiden avanzar e incluso caer en desánimo. ¿Y sabes una cosa? Una de las maneras más fáciles de distraernos de nuestro camino es por medio del desánimo.


Cuando te sientes como si hubieras perdido la fe, cuando estás cansada y quieres darte por vencida, tu cabeza y tu perspectiva solamente ven lo que está abajo, se te caen los hombros y te olvidas que frente a ti tienes un futuro esperando que te lo apropies. Sin duda alguna, mientras estemos transitando en nuestra vida terrenal tendremos momentos muy dulces con motivos para celebrar y reír pero también habrá otros en los que se asomará el dolor; pasaremos por separaciones, lutos, enfermedades, escases, etc., y es en estas circunstancias difíciles y momentos de dolor es donde hay que tomar una decisión: rendirnos, o levantarnos y elegir el camino que Dios puso frente a nosotros: El camino de la Fe.


La única manera de vivir es elegir un camino y seguirlo. En la vida algunos caminos nos llevan donde queremos ir y otros nos alejan de donde queremos terminar. Dios siempre nos pide que recorramos el camino de la Fe.


La Biblia esta llena de mujeres que Dios les pidió que caminaran por el camino de la Fe, leyendo las escrituras encontré tantas mujeres que se podría hacer un libro completo hablando de ellas. Un ejemplo de una mujer que actuó en fe se llama Rahab, a juzgar simplemente por su nombre, Rahab no venía de una familia que creía en el Dios único y verdadero, ella provenía de un pueblo conocido como los cananeos y al haber sido creada en un ambiente pagano, Rahab había sido formada para elegir un estilo de vida humillante, era una prostituta. Aconteció que los espías que Josué había mandado para que echaran un vistazo a Jericó se detuvieron y se ocultaron en la casa de Rahab y aunque trataron de pasar desapercibidos el rey mandó emisarios para que los localizaran.


Es entonces cuando Rahab se enfrentó con la decisión de su vida. ¿Correría el riesgo de morir súbitamente por albergar a los espías o se arriesgaría a sufrir el inminente desastre que se acercaba por parte de Dios de los israelitas? Sin duda, podemos conocer muchas cosas de las personas por lo que hacen, más que por lo que dicen. Los hechos de Rahab demostraron donde estaba realmente se fe: estaba en el único Dios verdadero. Lo sabemos porque ella mandó a los emisarios del rey a perseguir inútilmente a los israelitas, mientras ayudaba a que los espías regresaran a su ejército.


Rahab respaldó sus hechos con sus palabras cuando manifestó por qué había hecho lo que hizo:


[Rahab les dijo a los espías :] >>Sé que el Señor les ha dado esta tierra. Todos tenemos miedo de ustedes. Cada habitante de esta tierra vive aterrorizado pues hemos oído que el Señor les abrió un camino en seco para que atravesaran el Mar Rojo cuando salieron de Egipto. A nadie le queda valor para pelear después de oír semejantes cosas. Pues el Señor su Dios es el Dios supremo arriba, en los cielos, y abajo en la tierra>>. ( Josué 2: 9-11.)


La fe de Rahab controlaba sus pies. Su fe determinaba lo que hacía. Escondió a los espías. Sin embargo no se detuvo ahí. También le dijo a los espías que quería hacer un trato con ellos. Al fin y al cabo, ella acababa de salvarles la vida:


>>Ahora júrenme por el Señor que serán bondadosos conmigo y mi familia, ya que les di mi ayuda. Denme una garantía de que, cuando Jericó sea conquistada, salvarán mi vida y también la de mi padre y mi madre, mis hermanos y hermanas y sus familias>>.

(Versículos12-13)


Rahab sabía que en sus antecedentes, historia o cultura no había nada que pudiera gustarles a los israelitas para que tuvieran misericordia de ella. Entonces les pidió que recordaran su único acto de fe con un pacto de bondad. Como consecuencia la fe de Rahab santificó a la prostituta. Los espías no solo respetaron el pedido que les había hecho y pusieron a salvo a todos los que se quedaron en su casa, sino que Rahab entró en el salón de la fe en Hebreos 11.


Ante cualquier circunstancia elige el camino de la Fe, la Fe es el camino mismo a la libertad, es actuar como que algo es así, aun y cuando no lo sea, simplemente porque Dios así lo dijo. La fe no solo es lo que sientes, la fe es acción. Por eso Pablo dijo que caminemos en Fe y no que hablemos en fe. Sabes que tienes fe porque lo haces no solo por que lo dices. Nuestras vidas no siempre serán fáciles, pero en toda ruta caminada hay milagros, respuestas, sorpresas y LA GLORIA DE DIOS.


Con cariño,

Evelyn Guadarrama


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